23 de mayo de 2010

El Vuelo de la Palabra: NUBES Y CLAROS

   
  La Feria del Libro de Badajoz se despide hasta el año que viene. Como colofón final, ayer fueron presentados ‘El vuelo de la palabra, la poesía en Extremadura en 2010’ y ‘El vuelo de la palabra, el cuento en Extremadura 2010’, es decir, los dos libros editados por el Ayuntamiento en el que publican escritores aficionados de toda Extremadura.

  La abajo firmante fue seleccionada con su relato NUBES Y CLAROS, del que extrae el siguiente fragmento, no sin antes aprovechar para gradecer al Ayuntamiento de Badajoz esta oportunidad de publicación y felicitar a todos sus compañeros de volumen.


Cogí las llaves del aparador y esperé unos minutos como hacía todas las mañanas desde  ya no me acordaba cuándo. Intuí mi imagen en el espejo, pero me había acostumbrado a no mirarla. Con un sencillo gesto me había recogido el pelo, puesto el chándal viejo y las zapatillas de estar en casa. Estas estaban sucias y su color, en otro tiempo crema, se fue transformando en un tono indefinido entre el gris claro y el gris oscuro, aunque por lo menos tenían la suela de goma, así no me mojaba los días de lluvia. A él le parecía una tontería que gastara otro calzado sólo para llevar al niño al colegio. [...]  

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2 de marzo de 2010

REGRESOS

Dos voces iguales; diferentes direcciones.
-¡Hola!...ya he llegado.
Y un amargo portazo y un amargo regreso a casa, sabiendo que desde hacía ya mucho tiempo, mucho tiempo antes incluso de aparecer ella; de aparecer él, aquellas ya no eran sus casas.

17 de enero de 2010

El último trabajo



La sangre en la nieve es más roja
, pero tan fácil de borrar como aquellas dos gotas, aún frescas, sobre los baldosines del baño. Cogió un trozo de papel absorbente y dejó que los círculos concéntricos se fueran empapando. Este sería su último trabajo. Pulverizó un poco de agua con amoniaco, frotó el suelo frío con un nuevo trozo de papel y seguidamente tiró todo a la gran bolsa negra que llevaba consigo.

Al tiempo que echaba un vistazo final, sacó el teléfono del bolsillo y marcó el número de costumbre.

-Todo limpio.
-Bien. Calle Ancha, nº 6, hace media hora.

Miró su imagen en el espejo y se quedó en silencio durante unos segundos. Al otro lado, sólo se oía la respiración impaciente de su interlocutor.

-¿Cuerpos?- acabó preguntando.
-Uno.
-Estaré allí en 15 minutos, pero será la última vez.

Sin embargo, ya habían colgado.